domingo, 1 de mayo de 2011

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La coincidencia, el destino o la suerte. No sé cual de todos esos factores ha sido el culpable de que me cruzara con ella, pero lo que si sé y tengo claro es que le estoy tremendamente agradecida por ello. Según la gente , 'somos humanos porque vivimos en sociedad, porque tenemos la necesidad de compartir momentos con alguien'. Pues bien, por esa regla de tres ella es una de las razones más importantes de que pueda considerarme humana. Desde que la he conocido he compartido innumerables momentos con ella, y todos y cada uno de ellos han sido únicos e irreemplazables: Reír hasta no poder más, llorar desconsoladamente, cantar canciones patéticas que consiguen avergonzar, bailar de la forma más estúpida posible, sacar fotos hasta agotar la memoria, hablar horas y horas sin escasear en temas de conversación, debatir sobre temas que nadie habla, gritar sin importar lo que el mundo pueda pensar..; ser quién de verdad eres, con ella es muy fácil. Conocerla, es lo mejor que puede pasarte, pero el cariño que le coges es tal, que luego ser independiente es imposible.

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